Tempestad

Vives amarrado a un lirio,
siempre ves otro partido,
aderezado por tu delirio,
y confundido por tu olvido.
 
Sé que son muchas las causas de tu confusión,
pero ninguna de ellas te da la razón,
solamente mi compasión,
porque sé que tienes buena intención.
 
Mucho me gustaría ayudarte,
pero cabezón eres y cabezón serás,
ése será un buen estandarte,
que orgulloso izarás.
 
Eres de lógica supina,
aplícala también a la vida,
es muy fácil concluir,
si los hechos usas para discurrir.
 
Mira y analiza:
qué cambió más?
tus circunstancias o las de los demás?
cobra esa driza,
que a buen puerto te guía.
 
Suma y sigue.
quién tuviste a tu lado?
en el éxito y en el fracaso,
en lo estándar y en lo raro,
en lo correcto y en el escándalo.
he aquí otro faro que buena referencia te dará.
 
Pero el instrumento más preciado,
al que ni tormenta, ni oscuridad afecta,
el que nunca la dirección yerra,
en una pequeña aguja se sustenta.
 
Grandes olas provoca la tormenta,
como distancia provoca la desconfianza,
pero si en la brújula el marinero se afianza,
en la paciencia el amigo se sustenta.
 
Así cuando la tormenta escampa,
el marino orgulloso contempla,
que a pesar de la tormenta,
la derrota fue certera.
De la misma forma el amigo,
en su paciencia halla premio,
cuando la desconfianza abre paso
a la redención verdadera.