La cucaracha

la cucaracha en mi peine se balancea,
y con ojos agresivos atacarme se plantea.
Lleguemos a un trato:
compartamos el lavabo.
La cucaracha asiente,
señal de que es consciente.
Qué bonito es compartir,
hasta mi vida consumir.
Cucaracha yo te cuidaré,
y a pasear te sacaré.

con el tiempo la cucaracha creció,
y cerveza a beber aprendió.
y tanto le gustó,
que me arruinó.

Tranquila, conseguiré la pasta,
pero al beber habrá que decir basta.
Ella obedeció,
y de sed pereció.
Bueno, no pasa nada,
de cucarachas la tierra está plagada.

El otro día caminando pensé,
hasta cuando caminaré?
no llegué a tener solución.
y ese momento fue el parón.

tu indiferencia

tu indiferencia me desconsuela,
ni caso me hiciste,
y mi ilusión derretiste.
Será que tu mente ya no vuela?
que tu inspiración se esfumó?
quizá el pánico al mundo te confundió.

yo te digo, amigo, welcome to the net!
de tu talento no debes desconfiar,
pues con él sólo harás que brillar,
publica tu obra y fliparás,
y lo que es mejor, contigo fliparán mogollón.

Mogollón de frikis de la red,
que hasta tu poesía leerán,
y es que la locura de internet...
o qué desgraciado soy!!
pierdo la inspiración,
por mucho que me esfuerce mi arte se resiste!

Quién se resistirá?
aquéllos, no lo ves?
me da igual!
me da igual?
tu estás del revés.

tengo la cabeza a punto de estallar,
muchos frentes a la vez de verdad.
No te preocupes, eres cabezón.
Esta vez no es un farol!

Faroles, los faroles están en el jardín,
en el jardín hay ratones,
los ratones están buenos con jazmín,
y eso huele como los botones.

Se te nota que fuerzas la rima.
No me importa,
si quieres puedes dejar de leer.
Tampoco te pongas así.
No creo que haya otra postura posible.
o aprecias mi arte, o te piras.
Me piro.
Mejor, así estoy más agusto.

El bizcocho estaba en el horno,
La hora del reloj a su fin se acercó.
esto no acaba bien ni con un soborno.
Y poniendo fin a su arte acertó.

Siento en

Siento en mi pensamiento,
un indicio de desaliento,
ante tan grande monumento
me siento como un jumento.
Musa, musa, no te miento
si te digo que no te siento.
Musa, musa, un momento,
no te marches tan de repento.
Te pasas mogollón,

tienes la radio a todo trapo

y mi cabeza parece un pimiento molón.

Así que te propondré un trato:

cómete la radio con provolón

y yo me comeré el pimiento en un rato.




Ahora mi paciencia has culminado,

y mi inspiración provocado.

Cómo se te ocurre cantar,

es lo último que deseaba escuchar.


ya sé que este mundo es de locos,

siempre me lo repites.

Y es que a veces el resto somos pocos.

Pocos, por qué?

para qué quieres más?

Imagínate la mezcla!!


Mezcla de visiones,

es una situación en buenas condiciones.

Condiciones las tuyas,

de pagar no huyas.

Porque el otro día ya lo hiciste,

y por Villadiego te perdiste.


No me importa, tengo pasta,

pago yo y mañana te haces una rasta.








Espeto

Leo tu poema con emoción,
y pienso: menudo bajón,
tiene más arte que las sardinas en salazón.

Sardinas dijiste,
sardinas me comí,
el día que tú llegaste,
las escondí.

La cultura de la sardina,
es lo que se vive en esta tierra salina.
y es que Malaga sin sardina,
es concepto que no tiene salida.

Será que la sardina se parece al nativo,
que con pecho descubierto,
se pasea por las calles malagueñas.

Calles malagueñas?
calles de basura.
basura oscura
que la gente quiere con locura
con locura? las calles o la basura?
ambas cosas, pues son su mixtura.

De Sevilla a Málaga

De Sevilla a Malaga regreso,
Uso el tren para ese proceso,
Me aburro y poemizando me entretengo,

El niño mimado las botas se pone,
La niña taladro al silencio se opone,

Por qué tengo que saber cada 15 minutos lo que comió la de al lado? Qué asco!
De acuerdo vivimos en sociedad,
pero hemos de sufrirla hasta la saciedad?
Ahora a mi barrio llegaré por necesidad,
Y me embadurnaré de su suciedad,
Gracias gente por recordarme la sociedad.

Poesía 1

mira nene,
parece que vas en patinete,
quieres dejar de ver lo que no hay?
porque al final inventas y te atormentas.

Sabes,
en este mundo hay dos tipos de personas
y se distinguen por los filtros que utilizan
filtros positivos o filtros negativos

Si tienes filtro positivo, me alegro por ti
y si tienes filtro negativo,
mejor será que lo cambies por uno positivo.

La elección es evidente,
pero no siempre está en el ambiente
a veces está muy candente
pero la gente se muerde la lengua con el diente

Hay otro tipo de personas,
pero esto no está a tu alcance,
puesto que no es opcional,
somos los que tenemos un don para el poema
nos sale solo y no sabemos de dónde
no te preocupe no tener ese don
tú concentrate en el filtro.

tengo una vecina
que escucha radio olé todo el día
y no es que esté en la cocina,
sino que está en mi oficina.

Cómo podré escapar de esa melodía?,
esa es mi lucha de cada día,
puesto que ya es mediodía,
el comedor será mi vía.

Cómo puedo ser tan bueno?
me tiemblan hasta los huesos.
quiero parar y no puedo,
hasta me entra dolor de cuello.

Sé que hay un modo de parar,
porque el estómago empieza a supurar
y es que es la hora de comer
y prisa me voy a meter

El pato

Cuando nació Dot, fue acogido con expectación entre sus hermanos a causa de su mancha negra en medio de su pelambrera blanca. Como todo pato a los dos minutos de haber nacido empezaba a dar sus primeros pasos. El aprendizaje de un pato no difiere del resto de animales. Se basa un 50% en imitación de sus congéneres y el otro 50% de seguimiento de su instinto. Por lo tanto, empezó a comer a las horas en que lo hacían sus compañeros de manada. Dormía en la misma posición que el resto. Y se embarcaba en largos viajes migratorios cuando llegaba el momento. Así continuó su vida, repitiendo esta dinámica. A los 5 años conoció a la que sería su pata preferida: Dila, con quién tuvo 15 patitos. A los 12 años murió, precisamente cumpliendo la media de vida de un pato.


Ese era el resumen de un proyecto frustrado de un escritor para niños. Pretendía escribir una colección de historias basadas en un animal diferente cada una. Cuando terminó de escribir la primera, la del pato Dot, se quedó pensativo, de hecho no pudo dejar de mirar el cursor parpadeante del ordenador hasta que se le nubló la vista. Pensó: si escribiera la historia de un hombre en qué se diferenciaría de la de un pato? No supo qué contestar y se angustió. Pasó meses pensando y nada de lo que concluía le convenció.


Un día al borde de la desesperación, alzó los ojos y vio pasar unos patos que se dirigían hacia el sur. Se quedó petrificado. Había dado con la diferencia. Lo que llevaba meses buscando se le presentó cristalino en su mente. En un instante, a su imaginación se le antojó contemplar la escena como un tercero. Se veía a sí mismo mirando a los patos y los patos mirando su camino. Pero era más que eso, era un hombre mirando al cielo y uno patos mirando la tierra. También le pareció ver a un pato que se daba la vuelta y sonreía, un pato con una mancha negra en la frente.